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Antónimos de Energia

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↓ ¿Cuáles son los antónimos de ENERGIA?

Antonimos:

  • flaqueza, debilidad

Antónimos de ENERGIA – la información que debes saber

Un antónimo es un término o una palabra muy extensa (una frase), que denota lo opuesto, en otras palabras, el sentido diferente de otro término. Un campo de entendimiento que trata, a demás, con anonimatos es la lingüística. Una denominación para el término antónimo (esto es, un sinónimo de la expresión antónimo) es: opuesto, contrario, palabra opuesta. ¿Ya sabe cuál es el antónimo de energia?

Pongamos por caso que soy soy un alumno que tiene inconvenientes en la materia de física, mis padres podrían indicarme que “tengo que trabajar más duro” en vez de manifestarme solamente que les alarman mis notas.

Energia y su antónimo

Conceptos Opuestos
En gramática, igualmente comunicamos conceptos contrarios por medio de partículas que preceden a las palabras. No solamente anuncian con respecto a lo contrario, sino incluso, de la carencia de una cosa o sobre el tema contradictorio, que negamos. Ese fenómeno se califica de negación o contradicción. Las partículas que añadimos al comienzo de una nueva expresión para obtener antónimos se llaman prefijos.

En el idioma español moderno, las labores de las yuxtaposiciones semánticas que requieren de un modelo concreto de escrito que se producen. Por lo general, se alcanza decir que los antónimos se vinculan a características opuestas de los elementos descritos o a facetas extremas de un desarrollo definido, se centran en la apreciación bipolar del contexto y manifiestan claramente el sentido dado. En el modo científico, la yuxtaposición contrastante de términos se relaciona con frecuencia con las clasificaciones dicotómicas más sencillas.

¿Cómo recopilamos los antónimos de ENERGIA?

Un lexicógrafo es un individuo que crea un diccionario, además diccionarios de antónimos. Un “diccionario de antónimos” se define como un tratado o grupo de libros que abarcan los vocablos en un idioma, así como información sobre cada término, como su articulación, significado y sus antónimos.

Un “lexicógrafo” es la persona quien hace esto. Existen muchas formas de preparar un diccionario de antónimos.

Lo más común es empezar con un vasto conjunto de tratados de cualquier tema en la lengua para la que se desea crear un diccionario. Pueden ser relatos, artículos de diarios, artículos de ciencia, etc.

Después se relee cada texto y se resaltan cada uno de los términos escogidos. Repetimos el proceso para todos los párrafos que poseemos.

Entonces redactamos cada uno de los vocablos en una computadora y organizamos en conjuntos de sinónimos y antónimos.

Ahora ya seguro que sabe cómo recopilamos los antónimos de ENERGIA.

Energia y otras palabras – Antónimos y sinónimos – cuál es la diferencia

Igual y antónimos , dada su popularidad, pueden ser elementos muy atractivos para la búsqueda de nombres usuales. Contrariamente a las formas, encontrar un igual preciado es bastante más complejo que extender un nuevo nombre desde el principio, es decir, crear un neologismo. Aunque un sinónimo posee una limitación más: ya tiene sus significados y es complejo cambiarlos.

Las palabras de nuestro diccionario están dispuestas en diferentes clases. Es una estructura sumamente lógica de expresiones y sus conceptos. Alcanzamos preferir palabras con una definición cercana (por ejemplo, “grande”- “enorme”, “grande” – “extenso”) o pares de expresiones con un significado contrario (por ejemplo, “pequeño” – “grande”).

¿Dónde tenemos antónimos?

Pienso que la fuente de los antónimos de más calidad que puedes conseguir resultamos ser nosotros mismos. La sociedad debe ser analizada como una dualidad. Resultamos ser pequeños o grandes, somos educados o analfabetas, estamos alegres o enfadados. Entonces existe una suerte de oposición en todo individuo.
En el momento en que venimos al mundo comenzamos como un niño. Los niños no denotan sentido de la rectitud ni ningún tipo de sistema de pensamiento racional. Se rigen por sus sentimientos e instintos.
Así pues, con el transcurso de los años resultamos menos emocionales y más analíticos. El ejemplo más palpable de esta situación resulta ser, desde luego, nuestro sistema educativo que nos forma para ser mayores.
Se nos enseña a ser independientes, autónomos, sensatos y lógicos.

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